Por: Dra. Xiomara de Arrocha
Al
cumplirse setenta y cinco años de
fundación de la majestuosa institución educativa formadora de maestros: la Escuela Normal Juan Demóstenes
Arosemena, donde tuvimos la oportunidad y el privilegio de formarnos como maestros, para la enseñanza en el nivel
de la educación primaria, nos motiva hacer una reflexión por la importancia y
las proyecciones que ha tenido esta institución en el país.
Sin lugar a dudas que el
ilustre, visionario y estadista Juan Demóstenes Arosemena, se adelantó en más
de medio siglo al concebir una obra de tal magnitud que no solo se caracteriza por la naturaleza
y función que ha venido desempeñando a
lo largo de más de siete décadas de su existencia, sino que también fue pensada, por su creador, en
la proyección que tendría para la sociedad panameña.
La Escuela Normal de Santiago, nombre que se le da a inicios de su fundación, y posteriormente,
Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena; fue creada , por su artífice, con una
visión de futuro por la influencia que
ha tenido esta institución educativa en el desarrollo de la educación en todo
el país, principalmente, en la región central del territorio nacional y por la
sabia posición que tuvo para ubicarla en
un punto estratégico de la geografía del país : Santiago, provincia de
Veraguas..
La estratégica posición
geográfica con que fue concebida, por el
Dr. Juan Demóstenes Arosemena, para
ubicar la Escuela Normal, ha venido facilitando, a lo largo de su
historia, el acceso de una población estudiantil proveniente de diferentes
sectores y regiones del País, lo que permite a sus estudiantes convivir y
compartir experiencias y culturas, propias de sus áreas de procedencia. Esto
contribuye a fomentar un espíritu de integración y socialización que
complementa la formación humanística que requiere el profesional de la
educación. Por la diversidad de
estudiantes que proceden de diferentes puntos o provincias del país, en la Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena,
se vive y se comparte una experiencia educativa, única, que no se vivencia en
otra institución educativa nacional, lo cual sería interesante analizar y
estudiar, a profundidad, para determinar los efectos positivos que se genera de
ese encuentro en las aulas, en el
internado y en todo el contexto en que habita y se desenvuelven los estudiantes
normalistas.
Esta institución ha formado miles de profesionales que han
servido y que están sirviendo al país, en toda la geografía nacional. Nos
atrevemos aseverar,, que difícilmente se encuentra en el historial del sistema educativo
panameño, una escuela de Educación General Básica, especialmente, del primer nivel
de enseñanza, en la que no haya laborado
un educador formado en la Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena , por lo que
es digno reconocer las grandes contribuciones que han hecho los profesionales egresados normalistas. No solo se aprecia y evidencia en la formación de generaciones a lo largo y
ancho del territorio nacional; sino también, en los aportes que se han dado en la transformación del sistema educativo
panameño, incluyendo en las transformaciones de su Alma Mater, hoy, una Institución educativa que forma a nivel superior que implementa un nuevo
programa de estudios que se corresponde con las exigencias del siglo XXI y que
podría convertirla en una Institución educativa de nivel superior de carácter Regional.
Se
puede afirmar que a lo largo de los setenta y cinco años de historia,
que cumple la Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena se han satisfecho los
sueños, las aspiraciones y la misión de su progenitor, por lo que con mucha honra enaltece
a la Institución que lleva su nombre.
La autora es egresada de la Escuela
Normal Juan Demóstenes Arosemena. Año 1965. Actualmente Rectora de ISAE
UNIVERSIDAD.