martes, 28 de mayo de 2013

Discurso pronunciado por el Lic. Waldo Arrocha con ocasión del 19avo. Aniversario de ISAE Universidad


Me motiva participar en este maravilloso acto,  por cuanto siento ser testigo de la historia de ISAE Universidad. En ese sentido tanto el Dr. Plutarco como la Dra. Xiomara, siempre me participaron de sus logros, de momentos felices, de otros menos felices, desde los años 1981-1982 en que nació en ellos la idea de crear un instituto de adminstración de empresa, hasta el día de hoy.

Al echar la vista atrás y reconocer el camino recorrido, se da uno cuenta que las cosas no ocurren por si mismas. Los caminos hay que construirlos, los horizontes hay que alcanzarlos y el futuro hay que soñarlo. 

Si alguno de los aquí presente no lo ha advertido, luego de lo vivido anoche en el Domo de la Universidad de Panamá, pues comience a analizar y convénzase de que hoy día ISAE Universidad es: Irresistible, Superior, Admirable y Excepcional.  Nuestro departamento de Mercadeo va de la mano con esta realidad y es la base de su accionar día tras día.

En este día de celebración, tenemos entonces legítimas razones para sentirnos orgullosos.

Dos fechas memorables: 1985 y 1994 que se centran en la historia de esta peculiar Casa de Enseñanza Superior.  1985 su fundación como un Instituto de Administración de Empresas y 1994 cuando adquiere la licencia para constituirse en lo que hoy es ISAE Universidad. Es de imaginarse cuántas dificultades y desventuras hubo que afrontar entre la primera y la segunda fecha.  Fueron 9 años de lucha, superación y transformación.  Pero es que tanto el Dr. Plutarco como la Dra. Xiomara nunca han conocido cualquier nivel de resignación.  Luchar al lado de la esperanza, con fuerza y voluntad, y con el Todopoderoso al frente, siempre fue y seguirá siendo la base de ese éxito.

Y qué decir de la licenciada Ivonne, de la licenciada Xiomara y del licenciado Plutarco, hijos meritorios, y no dejo a un lado mi querido sobrino, el ingeniero Constantino, reales baluartes en el desarrollo de esta destacada empresa familiar, en la que algunas de ustedes aquí presente y otras no - Lisett, Isela, María, Yarisel, Belice-  de manera destacada, también pusieron su grano de oro.

Todo ese esfuerzo a lo largo de los años, convierte esta Casa de Estudios en una Institución única, con identidad propia, innovadora, que cuenta con un modelo educativo particular, que contribuye de manera decidida a la formación de capital humano y cultural del país, que igualmente cuenta cada vez más con mayor capacidad de respuesta y un devenir claro y preciso por la senda de la calidad.  Debemos hacer el ejercicio de demorarnos en el recuerdo de todos ellos, fundadores y colaboradores, que contribuyeron al desarrollo de ISAE Universidad y que ahora, analizando con la imparcialidad de la historia, podemos decirles con orgullo que su esfuerzo valió la pena.

No lo digo como servidor de esta causa, sino valorando lo que ha significado la Institución para todos los que se han formado y se han desarrollado en estas aulas, todos los que han anidado sus proyectos de vida en nuestro Campus.  Cientos de familias tocadas por la vara de la virtud que representa una formación universitaria.

ISAE Universidad, como tal, desde sus inicios, echa sus raíces en esta ciudad capital, entregando durante su desarrollo nuevas oportunidades de formación en el campo de las carreras, entre otras  Derecho y Ciencias Políticas, carreras técnicas y de licenciatura en Informática, Turismo e Inglés, en Pedagogías, así como   Diplomados,  Postgrados y  Maestrías   a  centenares de hombres y mujeres.  Una tarea que se inicia y que a  propósito de su constante crecimiento obliga a conseguir instalaciones más acordes, situación que se repite en diversas ocasiones hasta nuestros días.  De ese esfuerzo somos producto, y hoy con orgullo, podemos decir que nuestro origen es el de una legítima demanda ciudadana, planteada con esmero, acierto y respeto.

ISAE Universidad es el resultado de la respuesta de una idea con visión clara y con objetivos superiores, que ha sabido marcar un cambio de tendencia en la educación superior  panameña y cuyos frutos los vemos expresados hoy en esta sala, en nuestro Campus, en el espíritu de entrega  de toda una comunidad universitaria.

Es esa respuesta la que con el transcurrir de los años va tomando forma y que se amalgama en 1994, año en el que se da vida a esta  Institución  que hoy apreciamos y pertenecemos.

Un inicio que es parte de un cambio mucho más profundo al sistema de Educación Superior con la modalidad Semi-presencial,  que debió confrontar en su momento con las incertidumbres propias de todo comienzo; la responsabilidad de la decisión propia, la de crear una cultura institucional particular, pero por sobre todo, transformar la institución en un proyecto universitario capaz de actuar en todo el territorio nacional y que por cierto le da un mayor sentido de misión en nuestro quehacer en lo que a su pertenencia respecta.

Termino estas breves palabras con lo siguiente.

Plutarco y Xiomara: 

Se que en estos momentos ustedes están recordando todo lo vivido y todo lo sufrido; esos grandes detalles insignificantes que le dan sentido a la razón de ser,  que colorearán siempre tantos atardeceres de vuestras vidas.

Ustedes soñaron, creyeron, lucharon, en condiciones muy poco propicias.  Se propusieron emprender este proyecto en momentos que el espacio era muy básico, tanto político como económico, tiempos en que el desempleo en el País superaba ya el 17%.  Pero ustedes, idealistas, se atrevieron en una mezcla de arrojo y audacia, pero por sobre todo teniendo la confianza, que la creación trae consigo las condiciones elementales  para un desarrollo y devenir posterior.  La convicción  que las instituciones evolucionan, crecen, saben sortear dificultades y tiempos diversos.

Si hay algo que compartimos nosotros, Colaboradores y Administrativos con ustedes, son los sueños de un mejor porvenir, que son los que verdaderamente modelan el futuro.  Ustedes deseaban labrar un devenir más cierto para nuestros hijos.  Todos nosotros, que sabemos valorar ese inmenso esfuerzo, afrontaremos otras dificultades propias de una universidad en franco crecimiento y seguiremos, junto con ustedes, desafiando las leyes de la gravedad  para seguir creciendo y desarrollándonos.

No nos hemos puesto límites en proyectar esta Universidad,  por cuanto los sueños y los sentimientos no los tienen.  Lo único que podría limitar nuestra proyección es el temor, la angustia o la falta de creatividad.

Con mi aprecio y respeto de siempre, muchas gracias a todos.